
La Magia de la Muerte
Relatos Personales sobre la Transición de mi Hermano
Relato 9
Sueño en el Solsticio de Invierno 2019
Soñé nuevamente con mi hermano el 22 de diciembre del 2019, día del solsticio de invierno. Esta es una fecha importante energéticamente ya que marca el fin de año a nivel planetario y se abren portales para nuevas visiones.
En este sueño, como en casi todos los sueños que he tenido después de su transición, sabíamos que él ya se había ido. En este caso, vi que mi hermano tenía la oportunidad de trabajar en ese mundo donde se encuentra para poder regresar al plano terrenal de forma ocasional. Por ejemplo, con el trabajo que él hace ahí podría visitarnos en algún momento en estas próximas fechas de navidad.
De este sueño recuerdo vívidamente el beso que mi hermano le dio a mi madre, un beso muy amoroso y tierno. En el sueño, mi hermano y mi madre estaban sentados uno frente al otro hablando. Mi hermano le decía algo como… “Ma, tienes que hacer algo (no sé qué, no lo reveló) para que yo pueda venir”. Le daba lo que parecían ser instrucciones para que él pudiera trabajar y regresar ocasionalmente. Se sentía como si fuera un trabajo temporal para las navidades.
Mi interpretación de lo que veía en el sueño era la representación de un viaje, como si su trabajo fuese de piloto de un avión. Daba la sensación de que podría venir para estas fechas y mi mamá le decía con esperanza, “Ay hijo, si intente venir a animarme”.
De repente, en el sueño dejó de estar claro si se trataba de un trabajo temporal de mi hermano o de mi madre, por momentos parecía mezclarse. Entonces, sentí con más claridad que pudiera tratarse de un trabajo que tenían que hacer los dos y que cada uno tendría que hacer su parte para que él pudiera visitarnos.
En el sueño habían momentos de la conversación donde parecía que estuviese vivo, pero en otros, sabíamos claramente que no. La lectura del sueño es clara: Él está vivo en el otro plano. En el sueño él transmitía felicidad y deseos de venir a visitarnos. A veces veía que la conversación la tenía conmigo y luego veía solo a mi madre conversando con el. Era como si ella y yo fuésemos una sola persona en el sueño.
Sin duda, lo que más recuerdo, aparte del amoroso beso que le dio a mi madre, fue la sensación de que vendría para las ocasiones más señaladas. Fue hermosa y tierna esa última imagen del beso y mi madre recibiendo ese amor que él le daba. Mi madre estaba muy feliz de haberle visto, pero a la vez sentía la amargura por la despedida. Le decía a mi hermano que no se fuera. Ya no se trataba de la tristeza y los llantos del duelo, sino de un “hasta pronto, nos vemos en otra ocasión cuando viajes… regresa pronto a visitarme”. Daba la sensación de que tenían que haber viajes y un trabajo temporal para poder venir a verla.
Como casi siempre, me despertó un escalofrío por todo el cuerpo. También tuve la misma sensación que tengo cuando sueño con mi hermano: Me doy cuenta de lo que ha pasado, y siento una vocecita que me dice, “esto no es solo un sueño, esto tiene un significado, has tenido contacto con tu hermano”. En ocasiones, intento volver a dormirme, pero esa voz interna insiste que tengo que recordar lo que ha pasado, que para eso me he despertado. Y ahí, en plena madrugada intento recordar y descifrar el significado del sueño grabando lo que recuerdo. Si no lo hago, toda la información se desvanece en cuestión de segundos como por arte de magia perdiendo así el detalle de lo vivido en el sueño.
Cuando empecé a grabar el audio del sueño miré el reloj para ver la hora y eran las 5:00 en punto de la mañana. Cuando terminé de grabar eran las 5:12 exactas. Esa hora (número) es muy especial por ser la hora en la que nació mi primer hijo. Es una hora que quedó grabada en mi memoria celular para siempre. Cada vez que veo esa hora, me estremezco y recuerdo ese momento tan maravilloso de conexión espiritual que tuve con mi hijo al nacer.
Cuando vi que eran las 5:12 me entró un escalofrío. Suelo tener estos sueños astrales a la misma hora. Me doy cuenta de ello porque cojo el móvil para grabarlo y siempre verifico la hora. A esta sincronicidad le doy significado para que me sirva de señal y así confirmar, por medio de esta sincronicidad horaria, que en el sueño hubo una conexión espiritual con el otro plano. El momento del nacimiento de mi hijo también me trajo una profunda conexión y apertura espiritual que abrió un canal para otras conexiones. Este sueño se manifiesta como una sincronicidad más, que en esta ocasión he sentido aún más profundamente al ser un sueño de madre e hijo.
Agradezco que me haya elegido para poder transmitir a mi madre este besito de regalo para ella en estas fechas. Esa era la intención de mi hermano, decirle a mi mamá y a todos que nos quiere y que está presente. Termino este relato dando las gracias a mi hermanito querido por este regalo y por esta sagrada conexión. Gracias Gracias Gracias. Te amo!
Sueño un Año Después de su Transición.
Durante nuestras vacaciones de verano, justo unos días antes del primer aniversario de transición de mi hermano, estuve leyendo el libro “Reaching to Heaven” (“Alcanzando el Cielo”) de James Van Praagh, que por cierto lo recomiendo a todo el mundo, especialmente a aquellas personas que hayan perdido a un ser querido. Pero antes, leí uno también relacionado con el tema que el padre de Javi le regaló, y en dos días ya lo había terminado. En menos de una semana ya había leído dos libros acerca de la vida después de la muerte. Mientras leía estos libros, y teniendo en cuenta que casi no encuentro tiempo para leer libros, ni tenía planificado leer este tipo de libros durante mis vacaciones, y menos dos seguidos, tuve una fuerte sensación de que mi hermano deseaba que los leyera para inspirarme a hacer algo que desde hace tiempo quería hacer, que es escribir estos relatos sobre mis vivencias en torno a su transición. También tuve la sensación que esto se estaba dando así, justo después de un año de su muerte física, para que le transmitiera a mi madre que ella también debería leer este libro, que Javi ya le había regalado en la pasada navidad, algo que no había hecho hasta ahora.
¡Mientras leía estaba fascinada! Era una confirmación de lo que mi alma ya sabía que ocurre cuando hacemos la transición y “volvemos a casa”. Me confirmaba que el alma es eterna y que nunca morimos. Solo el cuerpo físico muere, pero el alma sigue estando en otro plano espiritual. Esto me recuerda lo que dijo mi hermano en uno de los sueños, “Ahora estoy más vivo que nunca”. También me reafirmó lo que ya había leído hace tiempo en otros libros sobre este tema. Leyéndolos he pensado mucho en mis familiares y personas conocidas que ya no están en este plano físico y he sentido mucha alegría por ellos, porque sé que están bien.
Durante la noche cuando terminaba de leer el libro, antes de irme a dormir. Le pedía a mi hermano que me visitara en un sueño ya que hacía varios meses que no soñaba con el. Soñé con varias cosas que no tenían relación y que no recuerdo. Sin embargo, en la madrugada, Javi se despertó y se fue a la cocina y yo me quedé en la cama. Antes de volver a dormirme, vino Kiran (mi hijo pequeño) de su cama y nos quedamos profundamente dormidos. Fue a partir de ahí que tuve el contacto astral con mi hermanito. Estábamos hablando y preparando con entusiasmo el viaje en crucero que haríamos juntos. Antes de fallecer, habíamos hablado de hacer un crucero con el y mis padres. El quería aprovechar y venir a pasar una temporada con los niños y estar con nosotros ya que, como ya saben, hacía mucho tiempo que no nos veíamos. También tenía pendiente conocer a Kiran a quien todavía no conocía personalmente. Estábamos planeando ese crucero con mucha ilusión.
En el sueño yo estaba con él y unos amigos suyos, lo veía muy contento, y muy guapo como siempre. Mientras hacía las maletas le pregunté si le parecía bien que llevara una blusa, y el me dijo, “claro que sí, ¿porqué no? es muy bonita”. A el siempre le gustó mucho la moda. Es una blusa que tiene una pluma roja.
Se da el caso que en la vida real, planificamos hacer un crucero para ese verano al fin. Faltaban solo 8 días para irnos. Sería una ocasión para celebrar el cumpleaños de Javi y el mío, nuestro aniversario, y también cumplir con un sueño que los niños tenían desde hacía tiempo. Curiosamente, mientras empacaba la ropa para el viaje. dudé en traer esa misma blusa del sueño porque no estaba segura si al final me la pondría en el crucero. Me llamó mucho la atención el hecho de que se tratara de la misma blusa, y en ese momento supe sin dudas que me la pondría.
De vuelta en el sueño, estábamos ahí todos y yo estaba como empacando. Luego, como él ama a los perros, le preguntó a sus amigos si alguno de ellos podía cuidar a nuestra perra mientras nos íbamos de crucero. En el sueño, el perro no se parecía a nuestra perrita, Alai. Era un perro grande y sin tanto pelo, de hecho, se parecía más a uno de los perros que él tenía.
Veía a mi hermano riendo y feliz. Estaba muy entusiasmado con el viaje. Y en un instante me di cuenta que estaba soñando con el, que en mi sueño nuestras almas habían entrado en contacto y que esa era una forma que su alma tuvo para comunicarme que como prometió él estaría con nosotros en nuestro viaje. Y así, mi hermanito nos acompañó en el crucero que hicimos. Sé que de alguna forma su alma siente que tiene una deuda con los niños, especialmente con Kiran porque no lo pudo conocer en persona. Cuando me desperté, me pareció curioso que tuve el sueño justo después de que Kiran vino a dormir a mi lado. Siento profundamente que mi hermano está mucho más presente en nuestras vidas ahora y que cuidará y protegerá a toda la familia desde el otro plano, especialmente a Kiran, que curiosamente se parece mucho a él.
Como pueden ver, los sueños son un canal para seguir en contacto con nuestros seres queridos en el otro plano. Es importante grabarlos en el momento que te despiertas para que después puedas descifrar los mensajes que te están enviando. He tenido numerosas conexiones de este tipo, especialmente durante la menstruación, que es cuando las mujeres estamos espiritualmente más abiertas para conectar a este nivel.
Conclusión
Concluyo esta serie de relatos con el número nueve. Según la numerología el nueve es el número espiritual, y según mi fecha de nacimiento, mi número es el ocho, y el de mi hermano es el 7, el mismo que el de mi hijo menor Kiran. Cuando puse la fecha de hoy, 30 de Mayo 2020, salió el número nueve. Entonces, tenía que ser hoy la fecha de publicación de mi último relato.
La muerte física de mi hermano trajo a mi familia y a mi una forma nueva de conectarnos con la muerte y los rito de paso que nos ayudan a aceptarla y a establecer una nueva relación con la persona que ha hecho su transición. Durante estos meses mi familia y yo hemos tenido muchas otras experiencias bonitas con mi hermano y sé que las seguiremos teniendo. He experimentado varios cambios en mi manera de sentir e interpretar lo que siento. Por ejemplo, siento que la relación con mi hermano continua, es eterna, y de hecho es más fuerte que nunca. También, con todo lo vivido, siento que estoy preparándome para mi momento de partir y para el momento de transición de otros seres queridos.
La muerte es un proceso natural y es parte de la vida, pero es un tema tabú en nuestra sociedad. He recibido mensajes de lectores que han seguido esta serie de relatos hablándome de sus propias experiencias. Muchas personas las han tenido, pero no todos hablamos abiertamente de ellas. Nos haría mucho bien poder hablar de nuestras experiencias para poder circular el duelo desde otras perspectivas. Todos vamos a vivir varias dimensiones de la muerte en algún momento de nuestras vidas. De modo que es importante empezar a hablar acerca de ella de una forma natural.
En lo personal, puedo decir que no le tengo miedo a la muerte. En ocasiones, cuando pienso en mi momento de transición, siento la alegría de que me encontraré con mi hermano y con otros familiares, aunque al pensar en mis hijos, surge un fuerte deseo de estar aquí para ellos durante muchos más años. Ahora entiendo que el duelo por una muerte se centra en aceptar la falta física de la persona. Se trata de un proceso donde tienes que establecer una nueva relación con la persona que ha partido. Esto implica aprender un nuevo lenguaje simbólico para interpretar las sincronicidades de la vida.
Comprender que podemos seguir interactuando y recibiendo mensajes es una gran revelación y un regalo. El principal reto es el de abrirnos a un sistema de creencias que admita estas experiencias y el principal enemigo que encontrarás en tu camino de apertura es el miedo: El miedo a acceder a esta dimensión misteriosa, el miedo a ser tachada de loca o de bruja, o el miedo a no saber cómo asimilar esta información transformadora.
En lo personal, las experiencias que he relatado aquí me han servido de iniciación. Pese a que he tenido este tipo de experiencias desde niña, ahora ya no las experimento desde el miedo, sino como una expresión de la naturaleza de la vida que hoy en día agradezco con amor. Espero que al compartir estos relatos inspire a otras personas a conectar con sus propias experiencias para que así las puedan agradecer en vez de rechazarlas, y para que no sientan miedo de hablar de este mundo tan desconocido. Siento que al comprender la muerte desde esta perspectiva he cambiado también mi forma de vivir la vida.
Todos, mujeres, hombres, y especialmente niños, podemos y tenemos la capacidad de recibir mensajes que provienen del otro plano. Solo tenemos que estar atentos, y sobretodo abiertos, a la noción de que con la muerte no termina todo, y de que hay otra forma de vida que nos espera. El dolor y el anhelo de conexión de aquellos que hemos perdido a un ser querido, puede llevarnos a un estado de exaltación espiritual y de apertura que posiblemente solo puede ser comprendido por aquellos que lo hemos experimentado.
Supongo que he recibido esta información porque he estado abierta a percibir estos mensajes sutiles que llegan de manera no tradicional. Todos tenemos la capacidad de canalizar. No requiere de un don especial que solo algunos tienen. La posibilidad se da a partir de tus creencias en torno al tema. Si no lo crees posible, no lo verás, no llegarás a identificar las sincronicidades, pasarán sin que te des cuenta. Como toda transmisión, éstas también requieren de energía. Estas manifestaciones se producen desde su origen si tienen una probabilidad de ser captadas por sus receptores, sino son inútiles. Si la transmisión es inútil porque no va a ser recibida, simplemente nunca se origina. Si por lo contrario, declaras que estás abierta a este lenguaje universal de energía y sensaciones, serás receptora de las experiencias que seas capaz de interpretar. Es decir, puedes declarar de forma consciente tu deseo de canalizar la información cuando meditas, poniendo tu intención y confirmando tu apertura a recibir lo que necesites.
La información canalizada llega con un grado de certeza que no deja lugar a dudas. Son sensaciones corporales y emocionales, no verbales, telepáticas, incluso con imágenes claras que de repente se presentan junto con el significado del porqué viste esa imagen. Todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas este tipo de experiencias, donde no se necesita el razonamiento. Al recibirlo, no se trata de saber lo que pienso de ello, sino de lo que siento. Y lo que sientes va acompañado de una certeza absoluta en tu corazón.
La interacción de las almas con el plano terrenal no es directa, de la misma forma que no lo es para nosotros tener vivencias místicas. Hay que emplear considerables cantidades de energía para generar las sincronicidades materiales que nos llamen suficientemente la atención como para que sean interpretadas como mensajes. Por otro lado, las almas tienen sus propios “trabajos” de desarrollo en el otro plano que ya no guardan relación con sus vidas terrenales. Es decir están ocupados. Por todo esto, la manifestación desde el otro plano no se da para asuntos terrenales triviales sino para crear coherencia y amor en tu relación con el todo.
Algunos de nosotros sabemos que hay un mundo aparentemente invisible, o por lo menos lo intuimos. Como dice el Principito:
“Lo esencial es invisible a los ojos.”
Cuando ampliamos el abanico de fenómenos posibles en nuestra vida terrenal, los milagros se dan sin más.
“El milagro no es lo que pasa, el milagro es darnos cuenta.”
Quiero finalizar recordándonos lo siguiente: La muerte no existe, solo existe tu creencia de la muerte. Cuando todos despertemos, nuestra realidad será un nuevo paradigma que nos permitirá recordar quienes somos en realidad.
Termino con esta hermosa plegaria indígena:
"No te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí. No duermo ahí.
Soy como mil vientos soplando.
Soy diamante en la nieve, brillando.
Soy la luz del Sol sobre el grano dorado.
Soy la lluvia gentil del otoño esperado,
cuando despiertas en la tranquila mañana.
Soy la bandada de pájaros que trina,
soy también las estrellas que titilan,
mientras cae la noche en tu ventana.
Por eso, no te acerques sollozando...
No estoy allí. Yo no morí."