Empece a interesarme por las ceremonias de rito paso, creo que en el camino de encuentro y reencuentro con una misma, se van cruzando los maestros y las luces que se necesitan para avanzar. Y en el maravilloso proceso que es el embarazo en sí, en el que la mujer se encuentra con tantas sombras propias para iluminar, tanta sabiduría, tanto ir hacia adentro, estos “maestros” se nos cruzan incesantemente si es que andamos en su búsqueda. Así fue que, embarazada, buscaba algo diferente, algo que deje una huella, algo mágico para darle la bienvenida a esta tierra a mi niña. Y en ese camino me crucé, o se cruzaron, estas hermosas ceremonias o ritos. Conciente de la sanación que había encontrado en los círculos de mujeres a los que había asistido, supe que deseaba vivir ese sagrado momento honrando a mi hija y a mí misma, en un círculo de amor y hermandad.

Siento que es a través de los rituales, la manera en la que hacemos materia lo que sucede en una dimensión espiritual, y a través de ellos también lo que sucede en un plano biológico tiene acceso a una conciencia mayor. Considero que una ceremonia puede representar la integración de ambas dimensiones, resignificando un proceso vital, llenándolo de magia y contenido.